La Resiliencia

La Resiliencia

De acuerdo a la definicición psicológica, Resiliencia, es la capacidad de una persona para superar situaciones adversas. Si me preguntan, el vocablo me parece rebuscado, es similar a palabras como “empoderamiento” o “sororidad”. Tal vez es porque son situaciones ideales o idealizadas que, en el pensamiento colectivo, se asumen como definitivas.

Por: Sofía Gavilánez

Que una vez que se alcanzan, estarán ahí para siempre. Pero eso te dura lo mismo que toma el tiempo en ponerte a prueba nuevamente, a lo que se suma que todo se vuelve relativo desde cada punto de vista, entonces, de acuerdo a las circunstancias, es muy posible que, aunque suene un poco absurdo, para ciertas personas una situación sea digna de ser sorora y para otras, no. Y allí, podemos citar un sinnúmero de sucesos que podran ser vistos de diferente forma para cada persona lo que relativizará cuan resiliente eres o no.

Pueden haber temas con mayor consenso, como la muerte de un ser querido o el quedarse sin trabajo, situaciones en las que todos te invitarán a ser resiliente, a superar los obstáculos y enfrentar la vida con buen modo y buena cara. Habrá también, quienes se encarguen de que esa carrera sea más difícil. “Los maestros”, dicen… Y es posible que si lo sean, pero no por voluntad propia. Es porque tú, o sea, cada uno de nosotros, decide que, de todo lo que nos pasa, algo hay que aprender, hay algo bueno que sacar. Pero, ¿cómo sacar algo bueno de la muerte de una persona con la que esperabas estar toda tu vida y resulta que ahora no está? Difícil, ¿verdad?

Es entonces que la palabra se vuelve rebuscada y vacía de significado, porque lo único que te importa es el sentimiento de ausencia y de que la vida no es justa y de que hay muchos delincuentes y malas personas y por qué se tuvo que ir justamente quien no era así. Y recuerdas todos los buenos momentos que compartiste con esa persona que ya no estará más a tu lado.

De la misma forma, si alguna vez perdiste tu empleo, los pensamientos que más te rodean en ese momento, van dirigidos a lo que hiciste bien tú y otros no, que muchas otras personas tienen mejores circunstancias que tú, que las deudas que tienes, tus obligaciones y tu familia no esperan… Y la vida se va poniendo más oscura conforme pasan los días y no le encuntras solución, porque a eso se suma que el gobierno no ayuda y el mundo está cada vez peor y ya va siendo tiempo de que nos caiga el metoerito. Todos hemos sentido eso. Buena parte lo ocultan, otros lo sacan demasiado, pero todos, en algún momento hemos querido desaparecer o, lo que es lo mismo, que nuestros problemas desaparezcan.

Entonces, me puse a investigar de donde viene la palabra, resiliente o resiliencia. Viene del latín “resilio”, lo que significa “rebotar”, “resaltar”, “volver de un salto”, “volver atrás”. Analizando esta etimología, a pesar de mi disgusto por el vocablo en sí mismo, tiene más sentido. Porque eso alude, según mi apreciación, a que tengo que entender y recordar las cosas que me pasaron y que me llevaron allí para poder seguir adelante. Y ahí viene otra palabrita, que tal vez me gusta más. “Catarsis”. El poder expulsar los sentimientos nocivos y seguir caminando. Porque es verdad que muchos de esos sucesos negativos te inmovilizan, te sobrecogen, hasta te enferman. Te hacen preguntarte muchas cosas, entre ellas, si vale la pena seguir viviendo.

Y si. Aunque a veces no parezca, si vale el esfuerzo seguir aquí. Y les pongo un ejemplo. Eric Clapton perdió a su hijo cuando éste último era muy pequeño. El dolor que debió haber sentido es inimaginable. Pero “volvió atrás” y “rebotó” de tal manera que a través de su catarsis y su resiliencia, pudo darnos un regalo que, de seguro, ha servido para que procesos parecidos se den en otras personas: compuso “Tears in Heaven”. Por su puesto, éste es un ejemplo llamativo. Y claro, por lo popular de la canción, podemos llegar a creer que sólo así el hacer catarsis y ser resiliente tiene sentido. Pero no, a veces no nos damos cuenta de quien nos mira y nos toma de ejemplo. Y eso pasa más veces de lo que uno mismo se imagina.

Pero más allá de quien nos mire o quien se valga de nuestro ejemplo o de quien pueda cantar nuestras canciones y ayudarse a sí mismo a sobrellevar un mal momento, estamos nosotros mismos con nuestra vida por delante con las posibilidades que se alcance a ver en determinado momento y las que se abrirán conforme nos abramos paso entre la niebla del desasosiego. Porque, como me dijo un amigo que me ayudaba a entrenar para algunas carreras en las que participé hace algún tiempo: “hay un momento en que tu cuerpo te va a decir que ya no avanzas más, que te detengas, que es lo que más pudiste dar, pero ahí es donde viene el trabajo del cerebro, ordenarle que siga, porque puedes controlar a esa voz que te dice que ya no puedes, que no sigas más, porque más adelante, cuando la hayas vencido, verás que todo te resulta más fácil.”

Quizás tengamos que atravesar muchas veces por ese umbral del “ya no puedo”, pero en cada ocasión que se nos presente, podremos acordarnos de los días en los que le dimos la órden a nuestro cuerpo de continuar, de ser resilientes, y seguir adelante. De esa forma, seremos nuestro propio Eric Clapton y podremos sacar nuevas cosas, obras, oportunidades (quien sabe si soy joyas como “Tears in Heaven”), en fin, mejores y buenos días en cada una de nuestras vidas.